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como sujeto de protección.

La naturaleza es un ente viviente, que tiene derechos y no exclusivamente como un objeto al que se le pueda explotar y utilizar. Es necesario que Panamá, como Estado, ubique dentro de sus prioridades el cuidado de la naturaleza, los elementos que la componen, entre ellos dos grandes bienes ambientales como lo son la fauna y flora, como sujetos de protección.

Es deber del Estado garantizar un ambiente sano, promoviendo la protección, preservación y mejoramiento, lo que conlleva a reglamentar, fiscalizar y aplicar medidas oportunas que garanticen la utilización y aprovechamiento de la fauna terrestre, fluvial y marina; así como la flora, de manera que se lleven a cabo racionalmente, evitando su depreciación y asegurando su preservación, renovación y permanencia.

La utilización inadecuada de la fauna y flora, genera conflictos ambientales que se vinculan directamente a la destrucción y el deterioro de nuestra biodiversidad. La deforestación masiva, los desplazamientos a territorios protegidos, asentamientos en áreas protegidas, falta de políticas de desarrollo sostenible, son algunas de las causas de este deterioro ambiental. La declaración de Johannesburgo (ONU 2002), precisó en su numeral 13, que el ambiente sigue deteriorándose y continúa la pérdida de biodiversidad, ya que “siguen agotándose las poblaciones de peces; la desertificación avanza cobrándose cada vez más tierras fértiles; ya se hacen evidentes los efectos adversos del cambio del clima; los desastres naturales son más frecuentes y más devastadores, y los países en desarrollo se han vuelto más vulnerables”.


La fauna y flora son un bien jurídico.   La Naturaleza es un ser viviente que tiene derechos.  El Estado y los ciudadanos tenemos el deber y la obligación de cuidar de ella


Una de las principales causas de la extinción de nuestra fauna y flora silvestre, es el tráfico y comercio ilegal de las especies. Panamá, no escapa de esta realidad, y lo podemos percibir con las actividades asociadas a la tala, tráfico y comercio ilegal de la especie de flora, comúnmente conocida como Cocobolo (Dalbergia Retusa), cuya madera es muy preciada en el mercado asiático. Así también, un tipo de fauna favorita para muchos coleccionistas en el mercado internacional, son los anfibios, colectados de áreas protegidas y de zonas específicas de nuestro país, para luego ser traficados y comercializados a costos elevados.

Otro de los principales problemas, es la caza y captura ilegal de fauna silvestre, para luego negociarlas como mascotas, lo cual ha llegado a convertirse en una actividad permanente y en un grave problema ambiental, puesto que las malas condiciones durante su captura, el hacinamiento en su transporte y falta de alimentos, contribuye a la desaparición de la especie, por lo que muchos mueren antes de llegar a su destino.  El tipo de fauna preferida para este tipo de actividad ilícita, son las aves de colores vistosos, loros, así como los primates.  Del mismo modo, otra amenaza es la introducción de especies invasoras, que destruyen ecosistemas, por no tener depredador que controle su crecimiento, alterando y amenazando la estabilidad de las especies endémicas. Un ejemplo clásico, el pez león y las tilapias.

La deforestación masiva y apertura de vías de comunicación sin planes de sostenibilidad adecuados, contribuye a la fragmentación de los hábitats, aislando poblaciones de fauna y flora, modificando el escenario natural y activando el proceso de asentamientos humanos que impactan negativamente el ambiente. La frontera agrícola y el desarrollo de proyectos en áreas protegidas (bosques, humedales), facilitan la pérdida de biodiversidad, conectada a la contaminación de aguas, desertificación de los suelos, eliminación de la cobertura boscosa, entre otros.

Panamá, es rico en biodiversidad, por nuestra posición geográfica, somos pieza importante del Corredor Biológico Mesoamericano; las especies endémicas en nuestro país asciende a 1,300; es hogar de aproximadamente el 3,4% de las especies de anfibios del mundo; el 2,3% de especies de reptiles, el 9% de las especies de aves conocidas, y el 4,8% de las especies de mamíferos.  Nuestro país, también se encuentra entre los primeros 25 países del mundo en términos de diversidad de especies de plantas con flores. (fuente Departamento de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente).

Es importante incentivar la educación ambiental, mejorar nuestras políticas ambientales, promover la participación ciudadana y eficiencia de las instituciones, con el objeto que las actividades humanas sean mayormente sostenibles, ayuden a los ecosistemas, mediante estrategias de restauración, protección y recuperación. Reforzar nuestra persecución penal para frenar la explotación y tala irracional de flora maderable, contrarrestar el comercio ilícito y tráfico de nuestra flora y fauna silvestre, aprobando nuevas normas o actualizando las vigentes, para lograr la completa y adecuada aplicación de la ley en materia ambiental, en beneficio de nuestra fauna y flora, como patrimonio y sujeto de protección.

Las opiniones expresadas en cada uno de estos artículos son de exclusiva responsabilidad de las autoras y no necesariamente representan la opinión de la SALA TPC EEUU-Panamá